18-Julio-2011
En Svalbard no hay muchos lugares habitados: uno de ellos es Barentsburg, cerca de la capital Longyearbean. Nació como un asentamiento minero de los holandeses, que vendieron a la Unión Soviética en 1932, y que fue creciendo hasta que fue bombardeado por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra siguió creciendo y alcanzó su máxima producción de carbón en 1970-80, con unos 2.000 habitantes.
Pero el colapso de la Unión Soviética ha producido una cierta decadencia y la actividad minera se ha reducido considerablemente, por los accidentes y el poco rendimiento económico.
Actualmente viven unas 400 personas en este apartado lugar del Ártico.
En este lugar abundan los símbolos soviéticos: algunos hacen referencia a historias y personajes relativos a las exploraciones árticas.
En el bar hay un cuadro que representa la lucha del hombre en este entorno tan hostil:
En la fachada de la escuela -un edificio enorme para apenas 30 niños- estaban pintando unos bonitos dibujos:
Pero la impresión general es de un lugar decadente, con numerosos edificios abandonados donde hacen sus nidos las gaviotas:
Y recuerdos tecnológicos del siglo XX:
La visita a este enclave tan particular la realizamos a las 11:00pm, pero a esta latitud el sol luce las 24 horas del día y hay suficiente luz por la «noche» para hacer fotografías como estas.