Pichincha y Mindo

El segundo fin de semana seguimos con nuestro afán de conocer el país. El sábado subimos muy temprano a lo alto del teleférico del Pichincha, con la intención de subir a la cima del volcán, de 4.794 m de altitud. Pero nuestra aclimatación no era todavía suficiente (ni la forma física de muchos de nosotros) así que a los 4.200 metros nos dimos la vuelta. Pero pudimos ver la cima del Cotopaxi, y el valle de Quito desde lo alto Por la tarde quisimos ir al centro de Quito a ver una procesión de Semana Santa, pero necesitábamos unos taxis para bajar y pensamos que tendríamos que esperar mucho tiempo hasta que vinieran los taxis y pudiéramos tomarlos. Afortunadamente nos encontramos uno con capacidad para todos nosotros, por lo que no dudamos un momento y nos fuimos hacia el centro.

En el centro de Quito había mucha, mucha gente. Las calles estaban abarrotadas, y había que ir con mucho cuidado para no perderse, vigilando muy bien nuestras pertenencias. Pero pudimos ver un poco de la procesión.

Nos fuimos a comer a una cafetería muy acogedora que conocía de mi anterior viaje a Quito (cuando fuimos a Galápagos) y pudimos comer, beber un excelente café, y descansar, que falta nos hacía.

Después nos dispersamos y yo me fui con Pete y Frank andando hacia el hotel (no estaba cerca pero fue un bonito paseo).

Al día siguiente, Domingo, nos fuimos a Mindo a experimentar el bosque lluvioso. Primero visitamos la reserva orquideológica de El Pahuma, donde vimos, evidentemente, orquídeas.

Luego fuimos a un mariposario cercano a Mindo. Aunque ya había estado en mariposarios en Costa Rica, siempre me fascina estar entre mariposas, y verlas de cerca, y que se posen en las manos.

Antes de comer casi todos se fueron a hacer tirolinas sobre el bosque, pero yo me quedé con Jenny en Mindo. El camino hacia las tirolinas era por pista de tierra en camionetas: algunos fueron sentados pero  otros tuvimos que ir de pie.

Justo cuando entramos a comer al Sachatamia Lodge empezó a llover, lo típico en esta zona, por eso es bosque lluvioso. Pero la comida fue excelente y pudimos ver nuestros primeros colibríes en Ecuador.

Un fin de semana muy intenso porque  ¡hay que aprovechar todas las oportunidades!