Una de las actividades más divertidas de nuestro trabajo en Ecuador fue el ir a una escuela en un barrio humilde de Quito para hablar de quiénes somos, qué hacemos y la importancia de hablar otro idioma -en este caso el Inglés. Preparamos contenidos para tenerlos entretenidos durante dos horas, adecuados a los tramos de edad que teníamos. Encontramos unos alumnos muy respetuosos, inquietos, atentos a todo lo que decíamos, y con muchas ganas de aprender. Fue una vuelta a la escuela muy «especial».
