25-Julio-2011
Una de las características peculiares del Ártico en verano es el sol de medianoche. A las 3 de la madrugada el líder de la expedición nos avisa por los altavoces de que nos acercamos a un par de ballenas jorobadas. Inmediatamente nos vestimos adecuadamente y salimos al exterior donde, efectivamente, encontramos a dos ballenas, un adulto y una joven, que se mueven lentamente alrededor del barco.
Parece increíble estar en plena «noche» y poder fotografiar sin dificultad a esos hermosos y grandes animales. Bueno, en realidad sí que fue difícil, porque se fueron acercando al barco cada vez más, hasta estar tan cerca que no podíamos enfocar y disparar adecuadamente.
Parecía como si el adulto estuviera enseñando el barco al joven, en una especie de clase práctica sobre las diversas criaturas marinas que se podría encontrar en su vida.
Después de unas cuantas idas y venidas se alejaron de nosotros, que seguimos nuestro camino de exploración. Un curioso y emocionante encuentro de madrugada.