Y por fin, el fuego. La zona de Krafla es la típica de las fumarolas y los charcos hirvientes. No es tan extensa como Yellowstone pero tiene su propia identidad, al ser producto de la falla atlántica, que se abre 2 cm cada año.
Pero lo más divertido fue el baño en una piscina cercana al lago Myvatn: Jardbodin. Es como el famoso Blue Lagoon pero más pequeño e íntimo, y con aguas termales de verdad. Lo peor era llegar al agua (hacía mucho viento y una temperatura ambiente de unos 10ºC) pero una vez dentro se estaba muy calentito.
Mientras estábamos disfrutando del baño el cielo se empezó a poner rojo, pues estaba anocheciendo, y fue un espectáculo curioso el estar observando un precioso anochecer con el agua al cuello. Una experiencia muy recomendable.
Espectacular!!!!! menudo viaje, y menudas fotos.
Del frio al calor de la tierra y de las aguas termales.Parece increible estar un día en un glaciar y otro entre agua que viene de las entrañas de la tierra con todo su calor.A mi me encanta bañarme por la noche y observar las estrelas desde el agua de nuestra piscina, pero nada comparable con esa vista del cielo islandés.