Qeqertarsuaq

15-Agosto-2010
Lo bueno de viajar en Verano por encima del Círculo Polar Ártico es que tienes muchas horas de luz para fotografiar; lo malo es que tienes pocas horas para dormir. Hoy nos hemos despertado pronto y como hemos visto que hacía un día espléndido, nos hemos ido a cubierta a practicar nuestro deporte favorito: «cazar» aves marinas. No es fácil, porque vuelan muy rápido, pero con un poco de práctica aprendes a adivinar su trayectoria, e incluso la altura a la que van a pasar cerca del barco. Eliges una cubierta y esperas a que pasen, con la cámara preparada con la exposición correcta, y estos son algunos de los resultados que obtenemos:

Cuando ya conseguimos que nos salgan centrados y enfocados, buscamos efectos más artísticos, jugando con las formas y colores del mar:

Después del desayuno nos dirigimos a Qeqertarsuaq, que fue la ciudad más importante al norte de Nuuk hasta 1950. Es una de las ciudades Groenlandesas que todavía conserva la atmósfera colonial Danesa (su nombre en Danés es Godhavn, que significa «buen puerto»).

Para entrar a la ciudad desde el puerto, tenemos que pasar por debajo de un curioso arco construido con huesos de ballena:

El día es magnífico (quizá demasiado caluroso) así que damos un agradable paseo por la ciudad y su museo. Pero el objetivo de hoy está un poco más lejos, pues estamos en una zona volcánica con interesantes formaciones geológicas. Al salir de la ciudad podemos admirar una bonita vista de sus casas de vivos colores, pero lo que más llama mi atención es un iceberg varado muy cerca de la costa, que se puede contemplar tranquilamente desde un banco público:

Y la escena de ese mismo iceberg visto a través de una portería de fútbol:

Seguimos nuestro camino bajo un sol cada vez más implacable, que incita a los mosquitos a salir de sus escondrijos para molestar a los viajeros. Mientras nos debatimos entre quedarnos en manga corta para combatir el calor o no quitarnos la ropa para no ser atacados por los mosquitos, llegamos a nuestro objetivo, Kuannit (69º 15’N  53º 26′ W): unas formaciones espectaculares de rocas basálticas y regueros de agua, que en algún momento nos recuerdan paisajes de latitudes mucho más meridionales:

Como he dicho al principio, lo malo de estos viajes es que el día es muy largo. Y hoy ha sido realmente largo, porque después de cenar subimos a cubierta por si logramos ver esos anocheceres que figuran en los libros de Groenlandia, y ¡tenemos suerte! Hacia las 12 de la «noche» el cielo se enciende en fuego:

Y, lo mejor de todo, pasamos cerca de unos icebergs de formas imposibles, que se iluminan con la luz del crepúsculo para formar una bonita escena de colores cálidos y fríos:

Esto es justo lo que estábamos esperando ver, aunque los icebergs pasan muy rápido y apenas tenemos tiempo de hacer unas pocas fotos con la luz y composición correctas. Ha sido un día muy largo, pero repleto de experiencias e imágenes inolvidables.

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