The Pipe: así es como llaman en Alaska al oleoducto que va desde los yacimientos del Ártico a Valdez, en el Prince William Sound. Son 800 millas de Norte a Sur, atravesando todo el estado. Dicen que fue la obra de ingeniería privada más difícil y costosa. y a juzgar por los problemas que tuvieron que solucionar, puede que tengan razón.
Como ya sabéis, el oleoducto no ha dado problemas hasta ahora, pero el petrolero Exxon Valdez vertió 11.3 millones de galones de crudo en el PWS en 1989, en lo que fue la mayor catástrofe ecológica de los EEUU.
Allan, el anfitrión del B&B de Fairbanks trabajó en el oleoducto y estaba muy orgulloso de su obra. Nos dejó un DVD sobre su construcción en el que aparecía Allan diciendo que mientras trabajaba de profesor ganando $100.000 al año vió un reportaje de la construcción en una revista y le llamó la atención una fotografía en la que aparecía un obrero mostrando su cheque mensual de $15.000. Allan echó cuentas y decidió mudarse a Alaska y trabajar en la construcción del oleoducto, donde fue Pipeline Teamster.
Un personaje muy interesante ese Allan, con el que me habría gustado hablar más tiempo. Estaba convencido de que Obama debía ganar las elecciones para devolver la dignidad a su país, y decía que no parecíamos hispanos, que parecíamos más europeos -estuvo un tiempo trabajando en Dinamarca y su mujer es mexicana.
Como decía, el oleoducto tuvo que ser diseñado para soportar condiciones muy adversas de temperatura, y tuvieron que idear un sistema de soportes ventilados para que no se hundiera en el permafrost del norte del estado. En la foto podéis ver el sistema que idearon para que los frecuentes terremotos no partieran la tubería: colocaron unas vigas en el suelo sobre las que puede deslizarse la tubería hasta 20 pies lateralmente y 5 pies en vertical, en caso de movimietos de tierras. Esto le permite soportar terremotos de hasta 8.5 en la escala Richter. ¡Toda una proeza técnica!