26-Julio-2014
Tenemos unos amigos que viven en Córdoba (Veracruz), Fátima e Isidoro. Cada vez que los visitamos se desviven por enseñarnos lo más bonito y curioso de su verde y frondoso estado.
Esta vez no sabíamos donde nos iban a llevar.
Vinieron a buscarnos al hotel, y nos fueron guiando desde Córdoba a Orizaba. Y ya entrando en la ciudad nos pregunto Fátima si ‘sabíamos como se hacían los santos’. Nos quedamos algo sorprendidos y después de la típica gracia de preguntar, ‘pero los santos nacen o se hacen? ‘ nos explico que íbamos a visitar un taller creación y restauración de estatuas religiosas.
Y allí nos presentamos, en Talleres Barcelona, regentados por Doña Montserrat Coll Armengol, hija y nieta de artesanos que vinieron de Olot escapando de los horrores de la guerra civil española y de la falta de libertad y trabajo.
Dicen en su página web que cada pieza que sale de los talleres Barcelona se ha formado con el cuidado del amor especial y en los detalles.
Puede sonar a propaganda, pero si conoces a Doña Montserrat no te cabra duda de que es totalmente cierto. Que delicadeza y cariño puso en sus explicaciones sin conocernos de nada. La intensa mirada de sus ojos azules acompañaba su hablar pausado, contándonos como seguían utilizando las técnicas que le enseño su papa.
El proceso es laborioso y requiere conocimientos precisos de las diversas técnicas y de la paciencia propia de los artesanos.
Empezamos viendo los moldes de madera antiguos que rellenan con una cola que obtienen de piel de conejo que les llega de Francia. Así obtienen el modelo que después adquiere la forma de la figurilla deseada en yeso.
Es interesante ver los talleres por dentro llenos de imágenes de vírgenes, santos, reyes magos…… almacenados en naves y estantes por tamaños. Y lo realmente increíble es como las estatuas cobran vida en manos de las artesanas a las que Doña Montserrat ha enseñado todo lo que sabe.
Desde ponerle los ojos, hasta recubrirlas con pan de oro o plata que quedan ocultos con pintura, hasta que manos expertas hacen dibujos retirando delicadamente la capa superior y dejando el oro o plata a la vista que labran con cinceles.
Las finas laminas de oro de 23,5 quilates no se pueden tocar con las manos porque se dañarían. Por eso se sujetan con una especie de escobillas y se fijan a la estatua con unos barnices que reciben de Armenia de los que hay aplicar 8 capas. Si los materiales son ‘preciosos’ en todos los sentidos, no lo son menos los utensilios. Nos enseñaron unos buriles de jade delicadisimos de los que desgraciadamente no tomamos ninguna foto.
Se trabaja todo tipo de materiales, también la madera, cuyo máximo exponente era en esos momentos un inmenso Cristo de cedro.
No sólo crean nuevas pieza sino que estos talleres son conocidos y valorados en el mundo entero por su especialización en restauración. Cuando los visitamos tenían estatuas para restaurar no sólo de México, también de Cuba, y algunas que habian cobrado vida años atrás en el taller de Olot.
Que interesante visita y que bonita experiencia conocer a Doña Monserrat!
Fátima tuvo una buenísima idea llevándonos a conocer ‘como se hacen los santos’.
Texto: Yolanda Moreno.