Algunos amigos me han preguntado si no hay en España lugares dignos de ser visitados y descritos en este blog, pues solo escribo sobre territorios remotos. La respuesta es, por supuesto, afirmativa: existen muchos lugares que merecen ser visitados y disfrutados, algunos poco conocidos. Uno de ellos es la garganta del Parrizal, en la comarca de Matarranya. Se accede desde Beceite por una carretera muy estrecha de 6 Kms, que recomiendo transitar muy temprano para evitar tráfico. Desde donde tenemos que dejar el coche hay un bonito paseo por el río hasta la garganta o Estret.
En algunos tramos han colocado unas pasarelas de madera para no tener que mojarnos los pies. El agua es muy transparente, y su pureza queda manifiesta por el gran número de peces que alberga.
Nosotros hicimos el camino en un día muy caluroso de finales de Junio; aconsejo hacerlo en Primavera, cuando todavía hay suficiente agua pero no hace tanto calor.
Aproximadamente a un tercio del camino, cuando el río se oculta bajo tierra, ya podemos observar grandes paredes que nos ocultan el sol casi todo el día.
Al final del camino nos encontramos la garganta, muy estrecha y de altas paredes casi verticales. Allí hay pozas que solo se pueden atravesar a nado, por lo que conviene llevar bañador y zapatillas impermeables.
Como llegaremos al mediodía encontraremos que el sol ilumina el fondo de la garganta ofreciendo curiosos efectos de luces y sombras que cambian a cada minuto.
Al final nos encontramos con un escalón difícil de subir con una cámara en la mano -la profundidad de la poza era de casi 2 m justo al borde del escalón- así que tomamos un frugal almuerzo y regresamos al coche por el mismo camino.
Un lugar de excepcional belleza que es mejor no visitar en fin de semana, pues no es muy amplio y se llena de visitantes.