23-Abril-2011
Hoy hemos disfrutado de un grandioso amanecer desde nuestra cabaña en las afueras de El Calafate. Los tonos cálidos se han ido sucediendo lentamente, cambiando su intensidad a cada minuto.
Ha sido un precioso regalo de despedida.
Antes de dirigirnos al aeropuerto nos hemos entretenido con unos flamencos que comían tranquilamente en la orilla.
Ya solo nos quedan los recuerdos, las cientos de fotografías, y los planes para el próximo viaje.