La nueva fotografía

La proliferación de teléfonos y tabletas con cámara ha cambiado las costumbres de las personas: ahora todos pueden hacer fotografías en cualquier momento y enviarlas a las redes sociales casi inmediatamente. La perfección técnica ya no tiene tanta importancia como la inmediatez de la imagen. No se si esto es bueno o es malo, pues la mayoría de la gente ya no es ajena a los términos fotográficos, pero no son capaces de apreciar una buena fotografía. Es un poco como el audio: no es lo mismo oir música en un reproductor mp3 que ir a un auditorio a escuchar música en directo.

Para ver el alcance de este fenómeno me propuse hacer un experimento en una ciudad cualquiera, por ejemplo Bangkok: me fui al atardecer a un lugar turístico y me puse a observar a la gente que hacía fotos.

La verdad es que nunca me pude imaginar la cantidad de gente que utilizaba teléfonos o tabletas. Lo más difícil era encontrar alguien con una cámara fotográfica tradicional.

De hecho encontré una cámara «de verdad», aunque el uso que hacían de ella era un tanto particular:

Yo siempre he dicho que hay dos tipos de fotógrafos: los que hacen fotos con los brazos extendidos, y los que las hacen con la cámara pegada a la cara. Al parecer la gran mayoría son del primer tipo.

Esto se va pareciendo a la época de la fotografía analógica: los que se lo tomaban más en serio utilizaban diapositivas, pero eso solo representaba el 5% del total de las fotos que se hacían. Me temo que con la era digital la proporción de fotografías realizadas con cámaras «serias» debe ser también del 5%, o incluso menos.

¿Será esta la nueva fotografía? La verdad es que yo también estoy probando este nuevo medio y de vez en cuando utilizo mi iPod para tomar alguna imagen rápida, fresca, donde lo que importa es el momento. Pero, por ahora, seguiré fiel a mis equipos fotográficos, cuidando la calidad y la composición.